Eres deseo de amor, deseo de locura y de sexo;
te convertiste en mi sueño lujurioso más deseado
y mejor guardado;
todas las noches me sueño recorriendo tu piel mojada
y explorando cada rincón de tu anatomía femenina…
sueños prohibidos que me llevan de cabeza al infierno.
Pasó el tiempo y ya no somos los mismos…
pero, ¿has podido arrancarme de tu corazón?
porque yo, no;
¿has podido olvidar todo lo que pasó entre nosotros?
porque yo, no:
yo sigo deseándote y deseando hacerte mía.