Qué culpa, que
tengamos más de tres dedos de frente
tengamos un sexto sentido
veamos más allá de la nariz
en lugar de oídos, tengamos parabólicas
olfateemos el peligro
reconozcamos las mentiras
atemos cabos,
qué culpa de ser mujeres.
Qué culpa, que
visualicemos la gata en celo
defendamos el territorio,
porque los cachorros
corren peligro
lo nuestro es nuestro
y nadie no lo quita,
qué culpa de ser mujeres.