La controversia se origina en la exploración de tu carne trémula
En la interpretación que le da mi lengua, te busco y te escondes en lo recoveco, en el misterio, en un laberinto yo te persigo...
Se suscita la noche y alteras mi espacio sideral, tus manos inquietas hacen lo que les dicta tu imaginación perversa y me encuentras, me llenas y siendo yo la traviesa, me dominas e influyes en mi modo de conducirme hasta a ti...
Me quemas, me hieres, te entregas, me entrego para que los dos podamos unirnos en completo argumento, en la complicidad del deseo, en la maravilla del insomnio en tus gestos, con los cuales yo me pierdo, desconozco mi dirección sin ellos.
No te vayas, pero tampoco te quedes eternamente...
vuela y muéstrame tus aires, tus cielos, tus estaciones del año
Dime cuándo vuelves, en una banca de estación de tren quizás te esperaré.