Veo dormida la menguante cúpula de tu voz
árboles, golondrinas y vientos se excitan
en el frenesí de la madrugada oscura
que mendigan pan y sienten tortura al escuchar los lamentos que deja caer la luna vestida de plata con lágrimas cristalizadas de temor.
Me encuentro despierto
me siento guerrero
soy este duende que te mira,
que te acecho
que te ama
y te deseo
entre porcelanas y cuento de amuletos.
Soñaré pensando en ti,
pensando en que te quiero.
De pronto los conjuros confesaron nuestro amor,
entre armas y gitanas,
violines y arpas,
cautivaron el deseo de amarte mi luna de plata.
