“Escribir un poema es fácil si existe un motivo…”
Ítalo Pizzolante.
Motivo + Inspiración = Poesía.
Yo no soy poeta ni tengo tanta imaginación
como para escribirte un poema todos los días…
pero cuento con el mejor y más sublime motivo del mundo:
¡me amas!
Y en cuanto a mí,
tu amor ha sido la fuente de mi Inspiración desde que te conocí,
la iluminación de mi canto y el color de mis sueños,
mi motor generador de ilusiones, ideales y anhelos palpables.
Son estos dos ingredientes los que necesito para escribirte
poemas…
y esta es una de las formas que tengo de expresarte a ti
y mostrarle al mundo,
cuánto me haces sentir y qué feliz soy teniéndote conmigo.
No sé si algún día dejaré de escribirte,
pero estoy seguro de que te voy a amar
todos los días de mi vida,
con todas las fuerzas de que soy capaz,
con toda la firmeza que me proporciona saber que
tú también me amas,
con la seguridad de que me correspondes en todas
las formas y en cada punto en que yo te amo,
con la transparencia y confianza de un niño,
con la pasión desinteresada de un santo,
con toda la esencia de que es susceptible mi corazón
enamorado,
con toda la fe que puede caber en mi alma,
sin ninguna duda,
sin temores y sin arrepentimiento,
sin pasado y sin futuro,
porque sé que el lugar que he creado en tu corazón
es exclusivamente mío y nunca podrá ser ocupado
por nadie más,
al igual que el lugar que tú has llegado a ocupar en el mío:
único, especial y exclusivo…
un lugar que tampoco podrá ser ocupado por nadie más.