Se supone que nace de uno todo esto. De querer aferrarse a algo y querer saber de que existe o que esta ahí.
Es una nebulosa gigante la que tengo aun. Y nada me es claro. Tengo algunas falsas alarmas, unos suspiros y otros ahogos. Estoy a la vez "radiante y jodido" sin saber si existes, ahí en algún lugar lejos de la nebulosa de mi confusión y mis ganas de poner mis pies en tierra firme.
Hasta me he llegado a preguntar la tontera de si realmente al fin de este camino estas tu, de si soy digno de recibir el amor, la amistad y la comprensión que al menos veo disimulado en las acciones de la gente que me rodea frente a sus prójimos-pareja.
El sentimiento que invade, es como estar en el espacio quizás,
que flotas, todo es frío, lo ves pero no lo puedes tocar; ves estrellas,
ves planetas, ves sistemas, entropía... pero no puedes realmente
sentirte como parte del todo, como un mero espectador de lo que sucede,
y lo único que se sostiene en la mano es una pasaje de ida hacia
una estrella (tu), que todos me han garantizado que es el correcto, que
todos me dicen "solo tienes que esperar".
La espera se me hace infinita y el tiempo se expande y mi espacio se contrae,
en uno cada vez más y más pequeño donde apenas respiro,
pero yo aun tengo mi ticket de ida hacia ti, en la forma de FE.
Fe de que algún día después de salir de mi nebulosa, de mis escudos, de mi timidez y de mi ceguera, te pueda encontrar y reunirnos en el más tierno abrazo, y me puedas regalar todas tus experiencias, y tus palabras...
No se quién eres. Tienes la forma de las niñas que pinchan mi alma, intentando despertarla de su sueño, uno que ya lleva años... a veces tengo corazonadas sobre quien puedas ser, pero suelo equivocarme.
Es miedo, un poco de inocencia, mucha timidez e inexperiencia. Pero un
corazón gigante y amor que cruza fronteras, que se desperdició
una vez, pero estoy dispuesto a desperdiciarlo de nuevo si es necesario…
solo dame una señal, para poder reconocerte aunque sea a lo lejos,
como los faros que indican "tierra!" a los grandes barcos que
llegan de sus travesías.
Un faro que, en la luz de tus orillas, me indique que mi travesía
terminó, que te encontré… y decirle al tiempo que
me privó de ti, que ya no tengo miedo a nada...
No existe tal luz aun, solo fe.
Alo?
Aun nada.
Sigo esperando...
Colaboración de Max
Chile
