En ocasiones, siento que todo lo que existe e interactúa con nuestra vida, parece perfectamente sincronizado. En su totalidad, nuestro destino parece mejorar, cuando tomamos decisiones resueltas. Aunque éstas, sean diametralmente opuestas, a lo "oficialmente correcto".
Es la paz, que llega a nuestra alma, cuando tomamos un camino sin retorno. Es sin duda, la tranquilidad de controlar la angustia de la completa incertidumbre...
Hoy, comienza algo nuevo en mí, un nuevo aspecto de mi destino: la férrea convicción de ser feliz... La irrevocable promesa, de respetar mis decisiones.
Colaboración de Orión
Chile