Al verte así Paula, llena de alegría e ilusión,
no imaginas cuánto inspiras mi corazón,
y pienso que nadie ama, que nadie sueña,
como lo haces tú, amiga puertorriqueña;
Que nunca dejes de mostrarnos tu sonrisa,
que es como recibir bajo el sol fresca brisa,
y que siempre exhibas esa mirada sincera
que es como mirar rosas en la primavera;
Espera ansiosa a Dios aún en medio del dolor
como espera una princesa su primer beso de amor,
que llegará como un príncipe valiente y soberano
a posar sobre tu cuerpo frágil la sombra de su mano,
y te llenará de salud, de amor y de esperanza
y después de la tormenta al fin tendrás bonanza,
y recuerda que pienso que nadie ama, que nadie sueña
como lo haces tú, amiga puertorriqueña.
