Hoy Rita me vino con un pastel. Salió a buscar novio Carlos. Llevaba una flor en el pelo. Se vistió de clásica Nieves.
Hoy Rita, genial, salió a la calle con un pastel, con la familia también. Buscaba un novio de pistín, para la familia, pensando que fuera de eso todo es putifrí.
La madre mía, la grande, me ama porque me parió. Soy suyo y de ella procedo. Pero también parió a mi madre, la pequeña, procedida también de ella. Y lo que heredó fue también de su madre, mi abuela, y mi abuela heredó de su madre (mi bisabuela). Heredaron entre cosas buenas también prejuicios. Y estos no tenían que haberlos heredado. ¿O sí, para distinguirlo de la tierra?. No heredaron dinero, para que no se malentienda. El dinero es la excusa de lo que heredaron bueno y malo. Lo que heredaron de verdad ya lo he dicho.
Somos hijos de la madre tierra. Nuestras madres y nuestras abuelas. Así que no nos engañemos con que las cosas malas son nuestras, ya que son de la tierra. Y las cosas buenas... también.