Desde que te conocí me desvive, el sentirme entre tus brazos y arrullado por tu pelvis. ¡Golpéame con la armonía diapasónera de tu pubis, hasta romperme los labios por boquisucio si deseas! Sé que siempre anhelé vivir por una mujer como ella, como esa otra y como tú. Cada día que vivo, solo deseo compartirlo junto al amor y bajo la sombra enamoradora del sosiego.