Es demasiado triste saber tan poco de ti y que tú no sepas mucho de mí. Entramos en una monotonía absurdísima, justo a donde no quería llegar contigo, quizá la culpable sea yo, y es que lo siento de veras cariño, ya ves que no soy muy buena como dicen, soy dura, soy seca y algunas veces cortante, y es que la explicación a todo esto que soy es justo lo que no sabes; y es que hay cosas que es mejor no sentirlas, ni decirlas, como la lluvia, las goteras o mi ausencia, sí, mi ausencia.
Y es que como te lo explico, a veces me pregunto por qué tantos nexos contigo, como si tú realmente pudieras ser una noche de lluvia o un día muy soleado. Tal vez es solo que me extraño, y con esto no quiero decir que me haya ido, no, sino que estoy ausente, yo estoy pero no estoy, créeme, como que desaparezco algunas veces y me convierto en una marea cambiante, en un maremoto, tal vez en la gravedad, y blah, blah, blah… ¿viste cómo me pongo? Una poeta con un mar de fantasías, metáforas y desamor siempre será una niña, y ya me dirás tú si funciona de viceversa, porque contigo soy una niña algunas veces y no preciso un mar de fantasía o metáforas, no existe el desamor.
Pero con un cambio repentino me voy eclipsando, apago toda la luz e intento caminar a ciegas, es complicado, todo en mí es realmente complicado, siento que te quiero pero mis palabras frías te dicen lo contrario, siento que te necesito pero a la misma vez te rechazo, yo no sé si eso es orgullo o son todos mis demonios de acuerdo. Algunas veces me siento neutra, es decir, a veces no me encuentro feliz pero tampoco me siento triste. Sencillamente no siento nada. Nada me emociona y nada me molesta. Nadie me acompaña y me siento sola pero a la misma vez, me gusta estar sola, sin que nada ni nadie me rodee, y es ahí donde te eclipso. Pero ahora no me siento así, aunque me trague el dolor y trate de esconder mi amor, aunque me haga la fuerte, te extraño y es difícil decirlo. Creo que Fridda tenía razón, yo soy dura como el acero, pero frágil como el ala de una mariposa.