En la peor de las crisis apareciste y fue un milagro ya que aunque parezca tonto fuiste el que me robó miles de noches con su inconfundible sonrisa llena de dulzura. Nadie es culpable de lo sucedido, era tan solo una inocente niña y jamás había visto un amor tan grande, creo que fue uno de los motivos que hizo que fueras tan indispensable en mi vida.
Creía que era mejor que la vida nos llevara por distintos caminos, hasta que nos volvimos a encontrar y ahora no sé qué es peor: el habernos distanciado porque no podíamos estar juntos o vernos así cada cual con su pareja. Es sorprendente todo el tiempo que pasó y sigamos con ese mismo miedo al hablarnos, el sentirse tan importante uno en la vida del otro. De ahí que recuerdo el primer poema que escribí con lágrimas y un corazón confundido, inevitables sentimientos de una niña...
La vida es tan hermosa y complicada.
A la misma vez, fue hermoso conocerte.
Pero tan difícil de poder tenerte… entre mis brazos y mirándote a los ojos decirte lo mucho que te amo.
Lo más dulce y triste creí que era el amor no correspondido, el amor imposible ya que por la misma diferencia de edad seriamos mal vistos por la sociedad, el paso de los años confirmó que no me habías olvidado y al hablarme hoy y decirme…
“Sigues siendo tan importante para mí y jamás, jamás, jamás te voy a olvidar”
Ya verás que en algún momento nos volveremos a encontrar…
Descubrí que lo mejor será seguir esperándote y aunque no tenga el privilegio de sentir tus besos y abrazos, prefiero seguir soñando a rendirme.
Te amo, perdón por no saber controlar lo que siento.