Si tendría que describir el amor, lo describiría como un Ferrari, todos quieren uno, pero pocas personas son las que logran obtenerlo; tal vez sea lo más preciado que obtengas en tu vida y hasta lo más hermoso y novedoso que te pueda suceder.
Debes cuidarlo y pulirlo de manera mimosa día a día para que en ningún momento algo falle o se rompa y además para que mantenga la esencia que tanto lo caracteriza, ese sentido de bienestar que produce verlo en óptimas condiciones.
A veces resulta ser peligroso también, somos amantes de la euforia y de la velocidad, tanta es nuestra ansiedad por llegar a ciertos lugares que a veces olvidamos que si conducimos demasiado rápido podemos estrellarnos y resultamos dañados porque nos topamos con un muro o un árbol que no vimos por ir tan velozmente, por el contrario si conducimos demasiado lento no llegaremos a ningún destino.
Maneja con cautela, cuida tu Ferrari, y sobre todo, no olvides que no vas solo en él.