Hoy nuevamente regresas a mis pensamientos y mi alma comienza a preguntarme muchas cosas que no puedo responderle, en ese momento en un mar de sentimientos naufraga mi desesperanza.
Mi mente se eleva y como una vieja película, revive uno a uno aquellos momentos que a tu lado viví, mis ojos se ponen borrosos como una ventana en medio de una tormenta, un dolor comienza a quemar mis mejillas y sin darme cuenta me encuentro llorando por ti, en mi ser empiezo a sentir un gran vacío que no puedo explicar, logro escuchar los latidos de mi corazón acelerado, un desespero dentro de mí grita tu nombre a gran escala.
Desorientado empiezo a extrañarte y en cada espacio de mi habitación , triste y solitaria escucho tus pasos descalzos, corriendo hacia mí, tu risa encantadora susurrando a mi oído, mis noches se hacen más eternas y el resplandor de la luna me juega una mala jugada, mostrándome tu silueta frente a mi cama, con tu cabellera larga y usando mi camisa como pijama, como solías estar en casa cada noche al llegar, sorprendido vuelvo a mirar y veo desaparecer tus huellas con la luz de la luna. Esa misma luna que nos vio reír en aquellos momentos, donde nos amábamos con locura, prometiéndonos cosas y luchando para alcanzar nuestros sueños, es la misma luna que alumbraba nuestros caminos cuando por segundos nos perdíamos, en senderos de la vida.
Es la misma luna que hoy nos acompaña por distintos caminos, la que en cada noche, elevo mis ojos y te envío los besos que me faltaron darte, las caricias que se perdieron y los te amos que no llegaron, es la misma luna que un día nos vio juntos y hoy nos alumbra por separado.