La muerte es aquella, que a su llegada, se lleva tu vida sin importan lo mucho que estés enamorado de ella, nunca es bella, lo más condescendiente que ella puede ser, es cuando libra al que se va, pero tortura al que se queda, la muerte es el aliciente que la vida le promete al que vive triste, la muerte transforma vidas al instante, siempre está presente en mi mente y en la de mucha gente, ella provoca un temor aberrante, no importa si no se siente, importa lo que pierdes: Risas, abrazos, besos, los lazos más unidos, familia, amistades, lo pierdes todo, y traerlo de vuelta ya no hay modo.
Es provocada en demasiadas ocasiones por álgidos corazones y sin razones... para este tipo de muerte no hay castigo ni pena suficiente, cuando se lleva a quien amas, provoca un dolor de tal magnitud que puede afectar severamente tu salud, es aquella que ante la inquietud de su probable repentina llegada, te hace descuidar el presente; y así de tu vida no haces nada, y por más prolongada que esta sea, siempre parecerá que lo que viviste fue insuficiente, es el pensamiento que más eludimos, ya que el solo hecho de pensar en ella, nos hace deprimirnos.
La muerte la utiliza el ignorante para justificarse y llevar una vida acelerada, sin control y sin mesura hasta convertirte en una basura, si no hay fuerza de voluntad para sacrificarte, esta será prematura. A millones les llega por hambre, culpa del hombre inconsciente que no tiene inconveniente en vivir con holgura; lo que ha olvidado el codicioso es que la muerte llega indistintamente e indiscriminadamente, ni sexos, ni colores ni edades, y de aquí no te llevas ni bienes ni propiedades. La muerte es aquella con la que nunca tendrás ninguna otra opción, más que aprender a lidiar con ella.