En la televisión del vecino
pasan cosas horrorosas,
sucesos que aterran,
entristecen y mil cosas.
Yo prefiero mi televisión,
donde el llanto del Pato Donald,
no es más que diversión,
y su acción se perdona.
Cambio y cambio de canales
por si algo no me gusta;
siempre mejoro la imagen
dejando atrás lo que me disgusta.
Sin embargo, mi vecino,
sigue viendo lo mismo;
teniendo el control en la mano
no cambia por dogmatismo.
En la televisión del vecino
se está mirando él mismo;
sin embargo sigue sentado
en medio de su propio abismo.
Habiendo tantos canales
él sigue en su pesadilla,
¿Cómo puedo ayudarle,
si sigue sentado en su silla?…