Quisiera ser, no sé cómo decirlo,
Una antorcha encendida que alumbre tu lugar,
Que siempre estés deseando mis caricias y ternuras,
Que unos labios profanos no te puedan besar.
Que anhele cada noche compartir tus caricias,
Con aquella persona, que en sueño apareció,
En mí no cabe duda ni recelos tampoco,
Porque aquel de tu sueño, seguro que soy yo.
Aspiré las fragancias del jardín de tu cuerpo,
Fue la escena más linda que nunca imaginé,
Pues para deshojar aquella flor tan linda,
Yo probé tus encantos de cabeza a los pies.