Las piedras de mi camino
las usé, y construí mi casa;
y mi casa fue tan fuerte
que nada cambió su destino.
Hubo piedras tan pequeñas
que ni me lastimaron al caminar;
pero hubo otras tan grandes
que me tumbaron al chocar.
Más sin embargo al caer
me volví a levantar.
Las piedras fueron escalón
para las estrellas alcanzar.
Ahora las piedras y yo
somos uno mismo;
ya no hay rivalidad,
ni dolor, ni abismo.