Usted y yo, ¿qué es lo que realmente padecemos?
Acaso será el óbito trágico provocado por la ausencia de nuestras almas, que más que juntarse, su necesidad es admirarse, tenerse, poder amarse y besarse sin la exigencia de que algún sentimiento apurado se apodere del deseo que nuestras inquietudes despertaron.
O simplemente, quizá sea el efecto inevitable de nuestro amor