Hola pequeña, sé que estás molesta y muy decepcionada de mí, pero sabes, hoy quiero confesarte mi enfermedad, esa que me hace ser diferente con la sociedad, esa que no puedo curar de algún modo sin que lastime a alguien. Tú lo dijiste de manera corta y contundente “Mitomanía”, Pero ¿Qué es en realidad? De acuerdo a los psicólogos es un trastorno que sufre una persona de bajo autoestima y continuamente distorsiona su realidad para poder sobrellevarla día con día. Sabes siempre he sido muy honesto contigo, no tengo nada que ocultar, ni secretos oscuros que me estén consumiendo, sin embargo hoy dejaste de creer en mí, estás molesta, decepcionada.
Todo comenzó cuando abrí las puertas de mi corazón por primera vez a una persona, la cual me llenó de ilusión, sueños y esperanzas, al final todo eso estaba en cimientos blandos que con la primera tormenta todo se derrumbó. Esa persona me engañó cientos de veces y convenció a un corazón que nunca había amado, a tener fe y creer en alguien que a pesar de sus tropiezos, seguiría apoyando. Hasta que un día después de mucho tiempo decidí eliminar la venda de mis ojos y ver la clase de persona que era. En ese momento me enfermé, me di cuenta que no valía, que todo lo que hiciera no era suficiente, las personas a mi alrededor jamás comprendían mi pesar y comencé a cambiar mi realidad.
Al paso de los años antes de conocerte, encontré a una persona de corazón libre y sin compromisos, algo nuevo y diferente a mí, lo cual me hizo volver a creer que puede existir una relación entre dos personas, siempre y cuando disfruten el momento que los acompaña sin importar el final del viaje, pero sabes esa persona comenzó a abusar nuevamente de este corazón, el cual ya había sido lastimado, el cual ya estaba enfermo, aún así jugué todo por esa persona que al final, como un ave que se asoma en tu ventana y te observa, voló y jamás regresó, dejando un gran vacío en mi corazón.
Mi pequeña, la medicina que ha logrado curar mi enfermedad, ahora también duda de mí, de todo lo que significo, nada de lo que te diga podrá cambiar la forma en que ahora me ves, es por ello que con esta enfermedad que ahora me está matando, quiero agradecer todos los momentos que eliminaron el dolor de mi corazón y me hicieron feliz, olvidándome del pasado y mostrándome un camino limpio, sano, tan lindo que mi enfermedad me impide creer en ello, distorsionándolo nuevamente todo y terminando como ahora… escribiéndote algo que quizás no leerás, y lo hago con tal de tomar una bocanada de aire para mi asfixiado corazón que no me perdona por ser un tonto contigo.
Mi pequeña Isa, gracias, por darle un nuevo sentido a mi vida, ahora con todo esto, he decidido dejar de lado la máscara, el disfraz y aceptar las consecuencias de mis actos, siendo quien siempre he sido, dejando de lado el miedo, y compartiendo en todo momento la verdad de mi ser.