Hoy no pude dejar de pensar en ti. Y al hacerlo no pude contener las lágrimas, estas rodaron por mi rostro, y mis suspiros, lamentos y gemidos de dolor las acompañaron en su trayecto... Lloré como no tienes idea alguna, jamás había llorado así en mi vida, ni siquiera cuando murió mi abuelo.
Mi pecho se comprimía, y las dudas me dominaron, el no saber nada de ti me estaba matando, el no saber dónde estabas, que hacías, si estabas bien, no dejé de pensar que ya dos veces habías estado en el hospital, no sabía si tu ausencia era la tercera, no sabía nada, solo rogaba al cielo porque te encontraras bien, me lamentaba una y otra vez el no haberte dicho que te amaba, hace dos días que no sabía nada de ti, y estaba más acabada que en una semana de exámenes, me veía peor que cuando tenía ocho años y me internaron en urgencias, mis ojos hinchados delataban mi sufrimiento, ya no poseían ese brillo al recordarte, era una melancolía, mi sonrisa había perdido aquello que tú llamabas; bella, con un brillante resplandor, ya no, ya no estaba, sonará absurdo, pero pedía y suplicaba a Dios por ti, pedía que no me dejaras, que te quedaras, que solo me habías bloqueado y que en cualquier segundo, recibiría un mensaje tuyo, que no me podía quitar mi felicidad más grande, que no me podía quitar al amor de mi vida, y te juro que en esos instantes estaba segura de lo que te había dicho, mataría por ti, y de igual forma, moriría por ti, por que te amo, y no soportaría el no tenerte a mi lado.
Al poco rato me quedé dormida... Te soñé al final de un túnel, un túnel obscuro, tu mirada estaba apagada, corrí a tu encuentro, lo único que quería era abrazarte, darte un beso y jamás volver a soltarte, decirte que te amo, pero antes de cortar esa distancia entre nosotros, esa corta y diminuta distancia, caiste a un agujero negro... Grité, me levanté de la cama y con mi mano derecha toque mi lado izquierdo en donde se supone que va el corazón y rompí en llanto, descargué todo, algo alarmante pues era de madrugada, mis padres descansaban al igual que mi hermana, y al escuchar la tormenta proveniente de mi alcoba, entraron corriendo, me vieron tumbada en el piso, de rodillas, teniendo un ataque de miedo, pánico, me sentía sola, desolada.
No sé dónde estés amor mío, ni siquiera sé si estás bien pero ruego al cielo por que sí, por qué sólo sea un mal sueño y al despertar un mensaje tuyo se encuentre en la barra del celular. Me arrepiento mil veces de no decirte te amo el 24... Pero no puedo regresar el tiempo y no sabes como lo lamento; te amo, te necesito, te adoro, eres mi todo, por favor amor, despiértame de esta pesadilla que es el no saber nada de ti. Amor mío... Te amo