¿Has escuchado alguna vez cuando a una persona le sucede algo grave como que se cortó una mano, una pierna o que reciba un balazo... y que el dolor es tan grande que no lo siente? ¿Y que sólo se va muriendo poco a poco o vive sólo por el instinto de sobrevivir?
Hoy me siento así... me sentía tan sola, muy mal por el problema que ya sabes y he hecho mis labores a medias pero las he hecho, sin embargo hoy me siento como un cuerpo sin alma, ni si quiera tengo en la cara una expresión de tristeza, ni de dolor, ni de nada.
Soy un maniquí... no quería sentirme así... y no hay nadie a quien le tenga confianza o alguien a quien quiera decirle cómo me siento, más que a ti... pero tú no pudiste oírme...porque dices, tu estás lejos por el trabajo... estabas ocupado y de mal humor... pero no importa lo lejos que estés en cuerpo... puedes estar aquí a mi lado con tu apoyo, con tus palabras, sin tener que dejar tu trabajo y venir hasta casa corriendo para yo saber que estás conmigo y que no estoy sola.
Me dolió saberme sola una vez más... pero el dolor de ahora fue tanto como te lo describí al principio de este texto... lloré... Pero sólo un poco... mi mente no deja de decirme ¿por qué no me ayuda? ¿Por que si llevo meses pidiéndole ayuda no me hace caso? ¿Qué debo hacer para pedirte ayuda sin aceptar que estoy más grave de lo que piensan los demás incluyéndote a ti?
¿Cuándo me vas ayudar? ¿Cuando de verdad yo ya no hable? ¿Cuando ya no pida ayuda? ¿O cuando te des cuenta que si pudiste ayudarme y que no lo hiciste? Yo sólo quiero no sentirme sola... y que me ayudes... yo sola no puedo, necesito ese empujón para salir de esto que me está acabando.
Lo único que tengo es a mis hijos que me necesitan y tú, porque te amo y me amas... pero ¿por qué ni eso tan grande me hace revivir y seguir? Sólo ayúdame o déjame en un lugar donde me ayuden... yo no quiero que me pase algo peor y dejar a mis hijos... por última vez... ¡te imploro ayúdame! ¡O déjame para que alguien más me ayude!
Colaboración de Viridiana
México