No soporto estar así, odio sentirme furiosa y no poder desquitarme, de convertirme en otra, de acechar, de tratar de intimidar, de hacer sentir temor...
esa no soy yo... Pero es que cuando estoy enojada... Simplemente no puedo evitarlo, surge otra en mí, otra que no conozco y me controla, otra que no se calma, que no sonríe, que no piensa bien, que se enfoca en algo y parece que no tiene cabida para otros Pensamientos. Esa otra me da miedo... Ella que me domina, que actúa por mí, que me conduce, que hace que me pierda en su locura, me asusta... Ella, ella es peligrosa... Le tengo miedo, por eso sedo, la dejo ser, la dejo calmarse sola...
Tranquilizarse, pensar profundo, contar hasta mil... Le dejo que se le enfríen las ideas, esas ideas que no son buenas, ni para ella ni para los demás... Pero
al fin de cuentas... Yo, logro de alguna manera suavizarla... No es fácil, pero poco a poco recobra el color, se regula su respiración, se deja caer de nuevo en mis brazos... La tomo, la abrazo, le doy amor, ella sólo necesita un hombro... Un lugar para descansar y recuperarse... Recuperar la sonrisa, el positivismo, las ganas de hacer cosas, las ganas de vivir, sus sueños.
Esa me gusta más... Ella, la que siempre sonríe.
Lo escribí el 4 de Diciembre del 2010 y quiero compartirlo.
Colaboración de Claudia López
México