Ayer... me abrazaste, y al sentir tu cercanía, no pude contener el deseo de decirte algo que hacia tiempo quería expresarte, recargué mi cabeza en la tuya, y te dije "te amaré toda mi vida"... incrédula, me preguntabas "¿eso crees?" aparté mi cabeza de la tuya, y mirando la belleza de tu rostro, y al sentir tu mirada cobijando mi existir, te dije "lo sé"... tras un tiempo... y con un tono mas pasivo te dije nuevamente "toda la vida".

Hoy, quiero que sepas... que no te miento al decir eso, pues que no podría amar a nadie que no fueses tú, porque eres tú, la dueña del océano de mi amor, en el que la única embarcación que reina indiscutiblemente por todos sus mares, eres tú, siendo dueña y reina de todos los tesoros en él, y la enormidad, que solo te pertenecen a ti.

Eres la dueña de esta vida, y éste corazón que te he entregado un año y nueve meses atrás, eres la esencia de mi alma, la única... mi todo.

*Dios fue quien planeó mi existencia, mi madre ha sido quien puso mis pies en esta tierra, pero tú, mi amor, has sido quien me dio la vida.

*Un día, derramé mis sueños en una mirada, esos sueños, dibujaron un corazón, ese corazón, te lo entregué a ti, a ti, que eres la dueña de esa mirada, y la forma... que tomaron mis sueños.

Colaboración de Jesús Guilbert
México