Cuando llego a mirar tu cara
esa bella y hermosa escultura
me tele transportas a un lugar inimaginable
lleno de alegrías y sonrisas
esa mirada que hace derretir el polo norte
que hace de la persona débil la más fuerte
esa mirada que me inunda de alegría
que no hacen falta las palabras
para expresar con los ojos
las palabras del corazón.
Unos ojos como la luna, como las estrellas
que brillan con todo su esplendor
descubriendo todo ese amor
del cual yo daría por ellos.
Unos ojos tan profundos como el mar
y tan solitarios cono el desierto
tan profundos que quisiera abrazar
y gracias a ellos me convierto
en un sutil soñador.
Colaboración de Alfonso Reyes
México