Te conocí, te amé y te perdí. Común tragedia, actual estado. Fuiste mi vida, mi alegría, mi coraje, mi sufrir…

En fin, compusiste gran parte de mi existir el cual me consume de mil angustias y desilusiones.

Por más que luché por mantener lo sentido, lo compartido, lo vivido entre ambos poco, a poco, se fueron disolviendo las esperanzas hasta convertirse en cenizas. Cenizas las cuales el viento se fue llevando, hasta quedar meramente el recuerdo de tal emoción nacida en un invierno lleno de magia e ilusión. Inocencia infinita, destrozada por la realidad devastadora.

Delicado amor, tan bello y hermoso fuiste, que cuan frágil tu estado, te esforzaste ante la adversidad. Afrontaste mil obstáculos, sobrellevaste muchos sueños.

A pesar de tus conquistas mataste gran parte de mi fe, mi alma y mi corazón. Destrozaste mis ansias de consumirme en ti, de respirar tu perfume, de adorar cada parte de tu ser.

Asesino incondicional, arrebataste mis latidos, mi suspirar mi completo sentir.

No obstante, aunque te vuelva a ver, se que me ahogaría en tus ojos y veré parte del sentimiento profundo perdido con el tiempo, tu sonrisa me aliviará gran parte de mis resentimientos y tu abrazo me hará perdonar todas tus faltas.

Estoy segura que jamás volveré amar a otro hombre de igual manera. Mi pasión, mi dedicación, mi vulnerabilidad, tuya fue y siempre lo será.

Por más que te quiera de vuelta en mi vida, tal petición nunca se llevará cabo.

Ese hombre que amé en ti murió hace ya mucho tiempo. Lamentablemente, aunque exista en carne no me basta mi completa afiliación, porque fue de tu alma quien me enamoré y me hizo enloquecer de amor por ti.

Locura inaudita, ardiente de ilusiones; insaciable ante el pasado, sedienta por un amor que conoció a medios labios, a medio sentir. Un amor nacido de la verdad y matado por el mentir.

Así fuiste, así serás mi amor. Cuan alma de rosa, cuan corazón herido. Por toda una eternidad sin exilio al olvido.

Dedicado a mi primer gran amor

Colaboración de Omayra L.G.
Puerto Rico