A estas horas
lo único que deseo de ti
es decirte algunas de las cosas
que no te he dicho.
Tu duelo será efímero,
será la expresión de tus verdades,
tendrá la extensión de tus dones,
la magnitud de tus bondades…
insisto: Será efímero entonces.
El olvido cobrará la dimensión de tus engaños,
de tus maniobras…de tus cálculos exactos…
de tu lanza de fuego.
Habré perdido tu nombre de mi boca
mucho antes de que lo notes.
Ni siquiera hombre podré llamarte:
te rebasa la grandeza de la especie,
sobresale por tus contornos…
exige en demasía la prolongación de la piel que te cubre.
Y no te alcanza.
Te faltan proezas
y te sobran errores para creerte hombre.
Tampoco creas que habré de enjuiciarte
con culpas que no mereces:
no prolongas mis vigilias
ni alteras mi creación onírica…
Quédate tranquilo… yo ya te olvido.
Intenta tú lo mismo y ya no me llames…
las agujas empantanadas de mi reloj ciego
ya se mueven…
y mis oídos ya no resucitan cuando me nombras…
Igual…
No sé qué harás con tantos hilos ahora liberados…
¿Podrías construirte una vida? Inténtalo…
Pero recuerda no llamarme
cuando no sepas cómo hacerlo solo.
Colaboración de Lao Nhier
Argentina