Aquel día que te vi por primera vez, parecías como una chica sacada de alguno de mis sueños más profundos, un sueño de amor, un maravilloso sueño del que no quería despertar; robaste mi pensamiento, día y noche me mantuve pensando en ti.
Cometí un gran error al no haberte hablado ese día al inicio del curso escolar dónde te encontrabas sola, desorientada, con falta de un amigo, y yo pude haber sido ese amigo.
Por todos los medios que pude conseguí saber tu nombre, un hermoso nombre que cada vez que lo escucho me ruborizo, me sonrojo y me pongo tenso.
Pero… al principio sólo te hablaba por Facebook, posteriormente comencé a saludarte en persona, pero tú eras en ese entonces conmigo cortante, lo cual me desanimó, pero una bella alma me volvió a dar esperanzas, así que nuevamente comencé a hablarte por Facebook, esta vez con éxito, mientras tú estabas de viaje en Venezuela, ahí descubrí tus maravillosos gustos, dentro de esas platicas que hoy solo son gratos recuerdos dentro de mi mente que te sigue pensando.
Después de algunos días volviste de tu viaje, y me saludaste en el colegio con tanta alegría que sinceramente, me enamoré de ti. Y ese amor se mantuvo en secreto, muy guardado lo tuve por miedo a muchas cosas.
Cierto día creí que era propicio confesarte mis sentimientos, pero entonces… algo pasó, ya no hablábamos como antes y de nuevo volvimos a ser desconocidos, pero esta vez con recuerdos en común. Tal vez para ti aquellas pláticas no significaron nada, pero para mí son motivo de alegría cada vez que las recuerdo.
Y luego, indagué dónde vivías porque creí haberte visto a lo lejos en un lugar cerca de mi departamento, y así fue que descubrí que estabas a unas manzanas de mí.
Pero entonces yo estaba cegado por el amor que aún te tenía, para mi fuiste, eres y serás una chica perfecta, la chica que salió de mis sueños, pero ese viejo refrán que dice que los sueños se cumplen, esta vez me falló pues, al poco tiempo tu iniciaste una relación cosa que me alegro y entristeció porque tan profundo y sincero era ese amor por ti que lo único que deseaba es tu felicidad, pero me afectó de maneras muy profundas.
Lloré de verdad, no físicamente sino de la manera que más duele, sin lágrimas, sin mostrarle al mundo mi estado de ánimo, fingiendo falsas sonrisas, pero si tú eras feliz eso es para mí más que suficiente.
Ya pasó mucho tiempo de esto, y ahora de vez en cuando mi imaginación se libera y crea para mi historias hermosas que pudieron haber pasado entre nosotros, historias tan reales que me duele el regresar a la realidad.
Cuando veo una foto tuya, cuando leo tu nombre, cuando algo me recuerda a ti vuelvo a sentir ese mismo amor, con la misma intensidad, pero la vida se encarga siempre de devolverme a la realidad y decirme certeramente que sólo eres un amor platónico, cosa que me entristece pues es como alcanzar una estrella, no es imposible, pero es muy difícil, y no me creo capaz de volver a sufrir una desilusión por causa tuya, aunque me desahogo escribiendo estas líneas, sobre un papel ficticio, mientras escucho una canción que me recuerda tanto a ti.
Mientras en otra ventana de mi portátil tengo abierta una fotografía tuya que encontré por casualidad recordándome así el profundo sentimiento que aún guardo.
Por último solo queda confesar que:
“Aún siento esa llama del amor por esa hermosa chica de mis sueños, por aquella dama perfecta, por esa niña que me robó el corazón, la mente y todo lo demás, pero ella es mi estrella, mi estrella lejana que tal vez nunca pueda alcanzar”.
Colaboración de El Lobo Italiano
México