Madre
Recuerdo cuando era niña, los consejos que me diste, cuanto amor, cuanto cariño, cuanto sacrificio hiciste.
Cuanta ternura nos diste, cuanto regaño también, fuiste dura en su momento, todo fue por nuestro bien.
Las canas surcan tus sienes, como laureles de gloria, en el cielo has de tener, un altar por tu victoria.
Tu vida llena de penas, recorrió todo un calvario, seguimos dando problemas, y tú, perdonas a diario.
Por cada lágrima tuya, cada pena, cada día, yo le pido siempre a Dios, te proteja y te bendiga y llene tu vida de alegría.
También le quiero pedir a Dios, te de muchos años. Y cada día de cada año, llenos de amor y alegría, felicidad todos los días.
Te quiero y te admiro mucho, madre, con todo mi corazón. Nos entregaste tu vida, sin ponernos condición.
A mi madre que es, nuestro ejemplo, la escribí en 1985
Colaboración de Mary
México