Te has marchado para no volver, que dolor quedó en el pecho, sabiendo muy bien que ya no volverás, te vi ir en un tren dorado, dejaste un pañuelo en nuestra habitación y todavía tiene tu olor de hombre enamorado, te has marchado para no volver…
La vida sigue, pero yo me muero si tú no estás, llegué a casa, sentí tu calor, tú presencia al mí alrededor, dejaré en el pasillo un camino de velas encendidas para que no te pierdas, ¿dónde estuviste aquel día cuando me prometiste un amor para toda la vida?, no sabes cómo te extraño hombre encantado.
Colaboración de
Diana Cegarra
Venezuela