La oscuridad de esta noche, asusta hasta a la luna, donde la locura de los cuerpos celestes, a su alrededor se esconden para no ser atrapados, por el centenar de siglos que las persiguen.
Las horas pasan y sigo varada en la constelación irracional de la sinceridad. Relativa es la vida, relativo el amor, relativa la verdad. Si todo es relativo, como vivimos?, como sentimos?, para qué estamos aquí?... Sé saborea el pavor, y se escucha el aullido del pensar en un mundo perfecto, un mundo lógico, generalizado.
Para darnos cuenta que la obsesión de la inmortalidad del HAYO en el centro del suelo, aspirado por el poder armado de la violencia y la ilegitimidad, no permite retener el tiempo, para vivir o mejor sobrevivir, bajo la presión de ajenos, desconocidos... e insulso.
Más perdidos que uno mismo en el planeta rotatorio...
Colaboración de Pachulí
Ecuador