Después de lo que pasó,
volví a entrar a tu habitación,
ya no estabas y no ibas a estar,
me senté en tu cama
y me puse a recordar,
cuando escuchabas la radio
antes de irte acostar
me di cuenta cuanto te quería
y empecé a llorar.
Después de lo que pasó,
volví a entrar a tu habitación,
y descubrí que triste estaba todo
lo que se quedó.
Las cortinas no son las mismas,
parecen que le faltara color
y esa radio que no suena,
porque calla de dolor;
y mi corazón no me engaña
se que todavía sigues aquí
porque abuelo siempre estarás conmigo
aunque te hayas ido
en una noche gris.
Colaboración de Andrea de Caseros
Argentina