Por las mañanas me gustas más, no sé, tal vez porque en tu rostro se riega
un hermoso amanecer...
A medio día, los rayos del sol calientan tu piel y humedece sin querer, mis atrevidas ganas
Cuando se hace presente la tarde que era ausente, son tus manos las que quiero acariciar y entre ellas, mis besos gastar
Llega sin aviso la esperada noche en la que el pudor se olvida de abordarme y me deja en libertad para amarte, mi prisa por adorarte me insiste en sorprenderte...
Tu voz se convierte en el ruido del mismo infierno, que suenan a divinas campanadas del cielo, me robas el sosiego y torturas mi decencia cuando te paseas por encima de mi poca inocencia.
En un arqueo se ve envuelto mi cuerpo y mi cadera se mueve al ritmo de tu sonrisa
Es tu espalda mi marco perfecto para recostar en ella mis labios cansados
¡No lo soporto! He de quererte, haz de olvidarme, somos dos que se encuentran cada día, por las tardes otoñales y en la luna llena de cada madrugada.
Soy un manojo de defectos, soy puñado de lágrimas, sentimental hasta hartar,
soy testaruda y orgullosa, ¡si lo sé!
Pero, ¡te quiero! Y no soporto no encontrarte en mi camino y mi amor, recuerda bien, que si alguna vez por olvido te llegas a perder, busca mi dirección que mis ojos iluminarán tu camino.