Un mensaje de buenos días, un mensaje de buenas noches, un beso insípido al llegar y otro insípido al despedirse. Pobre contacto físico sin sentir, solo por instinto sujetándote la mano para no olvidar que caminas junto de él, todo aquello como parte de un protocolo que se debe cumplir porque romperlo sería fatal, aunque quizá sería lo correcto; no seguir a la razón y seguir al corazón. Pero permanece el miedo por afrontar las consecuencias de romper el protocolo de amor, así que mejor continuarlo esperando un desenlace menos fatal.