Todos alguna vez sueñan con subir la montaña mas alta
aferrándose con el anhelo de licenciarse con la meta…
Al tomar el sendero del destino
el miedo se interpone en mi camino
revelándome más espinas que rosas,
mi corazón respira a pesar de ellas.
Hay un fuego ardiendo en mis huesos,
cada prueba es un paso más
aún queda mucha pelea que ofrecer…
Todo afán no fue en vano, avancé la mitad de la vereda,
con voz siniestra murmuran los árboles "tú nunca lo lograrás…" entonces…
Me siento como la bolsa del plástico
que vuela a la deriva del viento,
a pesar de ello mi fe se está afrontando
a la prueba y dolor que estoy conociendo.
Hay un fuego ardiendo en mis huesos,
no me importa si nadie más me cree
siempre hay una razón porque luchar…
La depresión y el problema son efímeros,
Cada sacrificio tiene victoria,
si fracasaré, me levantaré…
Tengo que ser fuerte mantendré mi fe…
Sobre todo creer en mí…
Y solo así alcanzaré el sueño solemne…