Si a la vida se le antoja, tú coordinarás
mis pasos y dirigirás mi camino
Si a la vida se le antoja, renegaré de ti
Si a la vida se le antoja, irás persiguiendo
mi andar y no querrás evitar el susurro
de mi voz
Si a la vida se le antoja...
Pero si a ti se te antoja, sería tuya
de principio a fin
de madrugada, de día y al atardecer
te callaría con mi besos imprudentes
y si quieres también puedo decirte adiós
quedarme un momento o para todo
lo que a la vida se le antoja.
Así somos, de ida y vuelta
de estancia y reniego
pero no somos del olvido.