Cuando uno ama y ese amor es tan puro, tan sincero, es muy fácil desear que la persona que esté a tu lado sea feliz.
Pero lo difícil es soltar, es dejar que tome vuelo, que vuele alto. Que alcance su paraíso sin hacernos parte de él, porque es difícil aceptar que la felicidad de esa persona que amamos no depende de nosotros, pero si el amor es tan verdadero como creemos, entonces va a ser fácil entender que no podemos cortar esas alas que tanto amamos, que no es amor si lo convierto en mi propiedad.
Amor es verlo feliz, verlo cumplir sus metas. Verlo crecer como persona, ver que cada día se está convirtiendo en el ser que te deseó y verlo que lo hace sin vos y ponerte feliz de sus logros y de sus sueños aunque no formes parte de ellos; eso es amor , respeto y madurez, porque uno nunca sabe si esa persona estando a tu lado iba poder cumplir sus sueños y si solo eras un obstáculo en su vida, y si el solo hecho de dejarlo libre fue lo mejor que pudiste hacer, y si vos también te liberas y empezas a tomar vuelo y vez esas cosas hermosas que tiene la vida preparada para vos; si vas en busca de tus sueños, si te recontras con vos misma y descubrís lo maravillosa que sos y es entonces que también te das cuenta que ahora sos libr , que podés volar y que tus alas están más hermosas que nunca.
A veces lo que creemos que es lo más valioso que tenemos en la vida, aquello a lo que tanto nos aferramos eso mismo es lo que nos impide avanzar; eso mismo que nos genera miedo e inseguridades si por un momento pensaramos en nosotras en el amor hacia nosotras, hace rato hubieramos soltado. No se trata de ser egoísta se trata de amar pero también saber cuándo ese amor se convierte en algo tóxico o en algo que simplemente no es amor.