Hay días en que tu ausencia duele, no quiero que sea costumbre, porque cuando la costumbre llega, el amor se va.
Te confieso a ti mi amor que a veces me dan ganas de llorar, que a veces me siento sola, pero es solo a veces, cuando olvido que solo basta con cerrar mis ojos y sentir mi corazón, para percibir el cielo, ese cielo en donde esta tu luna y mi luna. En donde se juntan tu amor y el mío que acorta la distancia entre tú y yo, y al instante me doy cuenta que no estás del todo lejos, que solo es tiempo y lo que me acerca a ti es mi pensamiento.
Si hay días terribles en que tu ausencia me consume, me haces falta mucha falta, pero te abrazo en mi pensamiento, respiro profundamente e imagino una vida matizada de emociones, un futuro que entrelaza nuestras manos; el día contigo soleado, la tarde disfrutando un libro y la noche yo entre tus brazos. Extraño tus besos, tus abrazos, tu mirada tierna. Tengo de ti a diario tu voz, tus risas, pero aun así los días que transcurren son cada vez más lentos, y sólo esperó el día en que tú y yo nos volvamos a ver.