Aprendí tantas cosas desde la distancia, a quererte bonito sin verte, a quererte con el corazón acelerado, a soñarte despierta. Y a mirarme en tus ojos sin reflejarme.
Sentí tantas cosas desde la distancia, que me tocaras sin ponerme tus manos encima, que me besaras sin rozar mis labios, que me hicieras el amor sin caricias, solo con tu voz.
Estas cuatro paredes de mi habitación, los fantasmas de mi mente, y mis tres grandes amigas que no me abandonan: almohada, tristeza y soledad.
Solo ellas son testigos que respiro sin la vida, les he jurado que no sabré más nada de ti y tu afable voz seductora.
Espero que el destino no me de la oportunidad de verte frente a frente, porque esquivaré la mirada, tomaré la acera, de la derecha o la izquierda, seguiré… como si nada... con el paso apurado y apremiante para que no veas las lágrimas rodar por mi rostro. Y notes... que todavía te "quiero"…