Di lo que tenía y todos los días me pregunto que más tenía que hacer o que tanto más debía perder para ganar, pude haber renunciado a todo: aún las veces que te insistí en hacerlo.
Esa manera mía de quejarme y de obviar esas señales de amor o atenciones que sólo usted tenía conmigo, nada se compara con tanto amor.
Me estoy acostumbrando a estar sin usted, el orgullo siempre ayuda... El problema es que no siempre el me acompaña, cuando te necesito.
Mi orgullo cubría todas las necesidades, las más básicas: mi ego, mi carácter, y lo bien que me miraba cuando te tenía a mi lado.
Nos dimos todo lo que en su momento se pudo dar, extraño brillar a tu lado.
El orgullo me hacía verme difícil siempre, después de un tiempo, la gente preguntándome si estaba bien, y aunque dijera que si, las cosas nunca fueron así.
La soledad se hizo mi mejor amiga, luego no la soporté, dejé de sentir.
Quiero que encuentres un nuevo querer, con menos orgullo, con menos arranques de impulsos negativos, menos drama, menos pasión y menos detalles... Que no pueda ser como yo.
Hoy, el orgullo cedió, ya caí en un abismo profundo, se me va la vida; no sabe lo importante que fue tenerle en vida. No habrá quien reemplaze tu lugar, ni quien me reemplace.
Quisiera retroceder... A un 11 de octubre, de hace 5 años.
Que la vida y Dios me permita poder vivir otra vida y poder hacerte feliz. Si es a tu lado, las vidas que sean, si no fue en esta, puedo a la siguiente.