Sublime. Exhalas ensueños
mientras despiertas pasión.
Desenfrenas voluntades,
suspiran con tu fulgor.
Tienes todo lo que añoran
varones y algunas doncellas.
A un gentío caliente
le imanas completamente.
En verga dura, empalmado
dentro de un higo maduro,
entrada la madrugada,
abrazado a ti, mujer.
- No es ya momento ni hora.
Sabemos que ha de venir,
que nos incorporaremos.
¡No apagues calor sin fuego!
Camisolas de la fuerza,
las bragas de castidad,
pantalones con cilicios,
retas mi virilidad.
- No me roces ni me toques,
que tengo el sueño ligero
y para encontrar culpables,
siempre estarás el primero.
Pechos, sierra intangible.
Ósculos, no hay coyuntura.
¿Te masturbé alguna vez?
Buenas noches te daré.
- Tomaré la iniciativa,
habrá que acabar con esto:
palpa, dentro, besos, saca;
mañana he de responder.
Desnuda tengo ocasión
de poder verte en la ducha.
La cama es para dormir,
para dormir tus desvelos.
¿Por qué se quiere acabar
lo que aún no ha comenzado?
- Pon tu bastón en mi mano,
regiré con equidad.
Eres verdad y ficción
excitando a la más dura
cuando yo me fantaseo
con tu torso y tu dulzura.
- Que fluya cuando decidas.
Cansada, no me levanto
y si a ti se te levanta,
bájala con algo frío.
Dichosos. Nos anhelamos,
pero te anhelo cercana,
más cercana en esas horas,
que ahora son intempestivas.
Por ti soy correspondido.
Caso de no poder serlo,
mermo afán a una soltera
o en mi individualidad concluyo.