Tal vez ella no tenga idea de todos los efectos secundarios que causa en mí, pero cargo con una tesis mental acerca de su persona... Ya que, hablar de ella se convierte en la mejor conversación interna que llevo a diario conmigo.
Muchas veces e intentado describirla, sin fin de adjetivos existentes y ni uno de ellos podría describir lo que ella significa para mí. Pero, si describir cada momento a su lado como un viaje donde mi alma se despega de mi ser y no encuentra el camino de regreso.
Cuando me encuentro frente a ella, lucho por controlar las ganas de tomarla de las manos, de abrazarla, de besarla, de decirle lo me hace sentir con tan sólo existir, aun siendo efímero el tiempo que estoy a su lado, disfruto cada instante como si fuera el último.
Me hace pensar en esa noche, esa noche donde evitaba su mirada, donde trataba de no caer en ese par constelaciones que me llevarían a navegar sin rumbo fijo. Y en su sonrisa... ¡mierda! Su sonrisa me hipnotizaba y perdía la razón, me encontraba acorralado, no tenía alternativa, caía una y otra vez entre sus ojos, entre su sonrisa, entre todo su maldito encanto.
Entonces me di cuenta que estaba ¡jodido! Me había enamorado de ella, sin comprender como, sin comprender cuando y sin comprender el porque. Después me dije; "Debería estar totalmente fuera de razón, como para no enamorarme de todo ese conjunto de desórdenes mentales que la hacen única. Loca, si... Pero única."