Te has ido ya y ni si quieras te has despedido, mi amistad te di y mi corazón te abrí dejándote entrar en él. Qué tonto y pardillo fui, me dijeron “no lo hagas, ella no es lo que parece”, mas yo no hice caso.
Tonto de mí por obedecer al corazón, para ti tan solo era una nota y no una persona, fingías escuchar cuando tan solo te interesabas tú misma. Porque detrás de esa cara de ángel se encontraba alguien capaz de espantar una pesadilla.
Qué tonto fui ya cuando solo el color de tu pelo me indicaba ya la clase de persona que eras. Y esto te dice este tonto que te quiso, corre y vuela, disfruta de la vida, porque un día alguien te hará lo mismo y comprobaras lo que se siente.
Adiós.