Unos amigos vinieron a buscarme. Mi corazón se fue con ellos. Y mi razón se quedó conmigo. Y ahora estoy dividido: mi corazón está en un lugar, con amigos; mi razón está en mi cuerpo, conmigo.
¿Quién soy?; ¿con quién estoy?, ¿quién está conmigo, mi razón o mi corazón... si los dos son míos?. ¿Cómo pueden vivir separados, sin mí?; ¿cómo puedo yo vivir sin uno de ellos?. Mi corazón se ha ido y no me llamará. Ha enmudecido con mis amigos, porque no está con él mi razón, porque no estoy con él yo. No están los dos juntos, en mi cuerpo, conmigo.
¿Cómo es posible todo esto?. Si mi corazón no tiene nombre ni apellidos... ¿cómo le digo que es mío y no de mis amigos si por un casual lo veo?.
Mi corazón se ha ido, ha partido. Volverá tarde. Eso dice. Aunque sé que quizá no vuelva más.
Mis amigos vinieron a buscarme y mi corazón se fue con ellos. Y yo no me fui con mi corazón. Me quedé con mi razón. Sin amigos, sin corazón.
Alguien usa mi corazón como tintero, para pintar o escribir poemas o historias.
Mi corazón se fue con mis amigos, porque cuando vinieron a buscarme no me cabía en el pecho. Y mi razón se quedó en mi cuerpo.
Y con todo esto digo: "corazón no sé si tengo, porque es libre, se va con quien lo busca y vuelve si quiere y cuando quiere. Tiene las puertas de mi alma abiertas. Corazón, no sé si tengo."
Ya visitará el corazón a la razón, que está en la cárcel.