La coexistencia próxima de nuestras dos almas
y la diaria observación de tu belleza femenina
han generado devastadores efectos físicos
en mi ser,
provocándome gigantescas descargas eléctricas
que recorren todo mi cuerpo,
erizándome la piel y aterrizando en mi miembro viril,
donde me producen inaguantables tormentas de erecciones,
indecentes y groseras.
Tus besos provocan una agitación intensa en la atmósfera
de mi corazón,
haciéndome sentir fuertes ráfagas de ternura
y grandes precipitaciones de amor.
Tu amor se ha condensado alrededor de mi alma,
arrasando con todos mis principios
y provocándome enormes inundaciones de deseo,
junto con el desprendimiento de mis viejas creencias,
a la vez que me proporciona la energía que necesito
para vivir.
¡Gracias por arruinar mi vida y hacerme tan feliz!