Cierra los ojos y piérdete en el paraíso de mi cuerpo,
En la oscuridad de tus párpados se observan nuestros deseos con el tacto y sólo se miran nuestros cuerpos desearse. Elevemos nuestras almas y veamos nuestros cuerpos tocarse con la dulzura de tu piel. Disfrutemos, que esto algún día será ayer. Al punto de que lloviera el sol resplandece y calienta nuestras carnes. Es una constante guerra en estos deseos insaciables.