¿Como es posible? me pregunto muchas veces que cuanto más avanzamos, en tecnología, cultura o ciencia, más retrocedemos en nuestra realización interior; más insensibles nos hacemos al dolor humano, más lejos en definitiva estamos del hombre.
De qué nos sirve tanto progreso, si cada día existen más seres sufriendo, más personas en las salas de espera de los psiquiatras, más parejas insatisfechas, más ataques a la naturaleza que no nos permiten vivir, y por si fuera poco a esta altura una GUERRA. Queridos amigos yo no me rindo, mi mente no se rinde y no dejaré que mi mundo lo destruyan poco a poco.
Quiero que mis hijos tengan un planeta azul, quiero que vivan las primaveras, los otoños, los inviernos y los veranos con las mismas características y la misma ilusión que yo la viví. Por eso no trato de ignorar lo que pasa; por todo eso en cuanto tengo una oportunidad, y si no la tengo la busco, trato de conectar con esa CONCIENCIA COLECTIVA que solo me transmite energía negativa y aporto un grano de mi energía viva y mi esperanza de que seamos muchos los que no estemos conformes con este rumbo, y esperemos que nuestro CAPITÁN desde la otra orilla atienda nuestro inconformismo e ilumine a los hombres que se creen dioses para que por lo menos una vez en su vida vean la LUZ.
¿Hasta donde puede llegar la insensatez humana? ¿Cuando dejará el hombre de retar a la naturaleza?, estas preguntas afloran en mi mente cada vez que pienso en el hombre. Este pobre ser que quiere dominarlo todo, que quiere controlarlo todo y que no sabe que hay otros muchos seres que solo quieren ser felices, que solo quieren vivir en PAZ y no desean burbujas de aire puro, ni hijos fabricados en botes, ni hijos con inteligencia superior: rubios, altos y con ojos azules.
NO, yo quiero irme al campo a respirar aire puro y hacer un fuego mientras mis hijos buscan palillos para avivarlo y quiero que un día al hacer el amor con la persona que quiero, un espermatozoide entre en un óvulo sediento de vida y engendre a mi hijo de mediana inteligencia, castaño y de estatura media. Y si porque mi Karma lo exigiera no pudiera ocurrir así, hay miles de niños que están deseosos de un hogar feliz, en cualquier parte del mundo.
Y quiero que mis hijos vayan a la escuela, y que tengan una niñez feliz y una ilusionada infancia, quiero que tengan opciones de vida y no quiero que su vida se limite a un complejo programa que un tal Dr. Smith está experimentando. No estoy en contra del progreso, estoy en contra de la injusticia, del despotismo, de la manipulación descontrolada a la que estamos viviendo.
El hombre se ha entregado de tal forma a las actividades exteriores hasta tal grado que se ha perdido a sí mismo, ilusionado por este mundo de los sentidos que ha descuidado su mundo interior. Hay algo en todo ser humano que es esencial, auténtico, pero está oculto por grandes capas que impiden su visión.
Estas capas están formadas por todo aquello que hay en el hombre adquirido en el mundo externo; juicios, prejuicios, convencionalismos, sentimientos negativos, en suma todo aquello que a lo largo de su vida ha condicionado su energía al mundo de la ILU-SIÓN. Pero más allá de todas esas gruesas capas, detrás de su densa espesura, se encuentra el ser humano: virgen, verdadero, lleno de amor y energía positiva. Y por eso debemos luchar, por eso vale la pena llevar a cabo la difícil tarea del conocimiento de nosotros mismos, para poder mostrar nuestro verdadero YO, nuestro SER SUPERIOR.
Todo lo que hay de negativo en el hombre, toda su miseria, son producto de su propia ignorancia. Ignorancia de su destino, del universo, de la verdad. Esta ignorancia arrastra al hombre a hacer el mal; lo encadena a sus propios actos, origina violencia, perversidad, amargura. El mal nace en el hombre y muere en el hombre, por tanto no culpemos a nadie ni a nada de los males que padece la humanidad, si el hombre se los creó es EL, solo EL, el que puede terminar con ellos.
Podemos ser optimistas y pensar que todo se solucionará, pero debemos ser ante todo realistas y todos sabemos que esto es pura y simple utopía. Por eso si queremos que nuestros hijos tengan un mundo mejor, si queremos que este mundo sea un mundo habitable y feliz, si amamos la verdad y creemos que hay algo en la otra orilla, no intentemos cambiar el mundo; empecemos por cambiar nosotros por ser mejores, por amar y vivir con los seres más cercanos y así poco a poco a lo mejor este mundo sea un lugar donde vivir en PAZ.
Yo personalmente prefiero creer en el hombre y en su gran energía.