22/09/2019
Creerás que todo lo que hasta ahora sabes, es todo lo que he sentido, pero no es así, muchas veces mientras estaba contigo y nos sentábamos en aquel luchar de vegetación, pensaba infinidades de cosas, pero la pregunta que más rondaba en mi cabeza era «¿qué esconderán esos ojos que me dejan anonadado?». Llegaba a pensar cosas perversas, porque no entendía cómo una mujer que se veía tan sana, podía moverse de forma tan extraordinaria en esas cuatro paredes.
En realidad, nunca sentí que fui tu primera vez, ni sexualmente, ni sentimentalmente. Siempre sentía, que mientras me mirabas, mientras tus gemidos retumbaban en aquel cuarto estrecho, mientras te ponías colorada por el clímax, mientras me apretabas la espalda. Pensabas en alguien más. Las cosas que llegaba a pensar eran efecto de los celos que aún me invaden, pero si no fueran por los celos, no podría escribir todo esto. Al final de todo, saco provecho de todas mis emociones y sentimientos, si no fuera por ello, no escribiría ni la mitad de lo que suelo hacer en el día. Sin duda alguna, siempre me gusta escribir cuando me suelen defraudar, como tú lo solías hacer cada vez que no estábamos de acuerdo en algo, porque sí, mi mayor apego era llegar con el corazón roto a mi hogar y sentarme a redactar, mientras escuchaba una canción que me recordara a ti, en su mayoría era rock del siglo XX, en su mayoría era Elvis Presley, Paul Anka,Bon jovi, Queen, Guns N’ Roses, The Beatles, Nirvana, etc. Cada noche que hacía manuscritos para ti, era incierto si ibas a llegar a leerlos, porque siempre tengo la obsesión de pensar lo peor. Creer que no te iba a volver a ver, oler, abrazar, tocar y besar. Pero siempre me leías, siempre leías esos manuscritos que solo denotaban tristeza y desamor, sin embargo, nunca llegué a saber a ciencia cierta lo que realmente te hacían sentir esos escritos, porque tal vez era muy principiante y no muy sobresaliente, pero aun así, todos esos versos salían desde el lugar en que aún habitas y en el cual siempre te encuentras nadando sin mesura, porque no hay día en que tú no estés ahí, no hay día en que él no me pregunte por ti, no hay día en el que él no lata por ti, no hay día en el que él se olvide de ti.
Entre todas las cosas que llegamos a hablar y todos los lugares que transitamos siempre hubo muchas cosas que no te dije. No siempre aproveché el tiempo contigo, porque compartíamos infinidad de tiempo, muchas veces estaba mucho más contigo que con mis libros, mi familia y mi escuela y, si digo que no lo aproveché es porque lo siento así, muchas veces no te preguntaba cómo estabas y creo que es una pregunta que se debe hacer a diario, porque muchas veces era egoísta, solo pensaba en que tú me dijeras que entráramos al cuarto para complacerme carnal y sexualmente, sé que suena crudo, pero así es, muchas veces mi pensamiento de adolescente le ganaba a mi ser racional, después de todo no eres la única culpable de que esto llegara a su fin, porque a lo largo de estos meses he pensado mucho en cómo hubiese sido si en muchos casos haya pensado más en ti, que en mí. Me parece casi imposible recuperarte, es más fácil que te olvide, aun así si llegas a leer esto quiero que sepas que el amor que guardo es para dártelo a ti en una próxima ocasión, aunque muchas veces vea imposible volver a estar contigo, como en este preciso momento. Quiero que sepas que estaré escribiendo para ti, a sabiendas que probablemente nunca lo leas. No olvides nunca esa noche de invierno que me dijiste que ibas a luchar contra la vida, sigue luchando, yo seguiré aquí luchando en recuperarte.