Era una hermosa tarde de junio, los colores del cielo eran brillantes y profundos, me perdí en los rojos que parecían llamaradas que bailaban con los tonos naranjas de aquella tarde los cuales parecían hablarme, junto al amarillo que me ponía a pensar y ver algo tan hermoso dejaba salir mi ser y mi imaginación. Me recordaba a la primera vez que asesiné a alguien, me sentí tan vivo y completo.
Colaboración de
Heavy
México