Mi orgullo es devastador
pues ha nacido del desamor;
tu orgullo es inalcanzable
corta mi ser como un sable.
A mí no me deja expresar
cuánto te puedo aún amar,
a ti te captura en su esfera
te convierte en salvaje fiera.
Desearía poder decir:
Tu adiós me hizo sufrir,
desearía que dijeras:
Aún deseo que me quieras.
El orgullo no es bueno
nos llena con su veneno,
nos consume día con día
y nos trae melancolía.
Sé que quiero hablar
y de nuevo empezar,
pero ha ganado el orgullo.
Nos consuma su murmullo...
Tú jamás dirías me equivoqué
pues ahora ya para que,
nuestro orgullo nos ha vencido
pues alejarnos hemos decidido.